Declaración Final de la Conferencia Intercontinental Paz, Desarme y Alternativas Sociales ante la OTAN Global

14 de diciembre de 2012 – Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Nosotros, integrantes de organizaciones, movimientos y redes sociales de los pueblos de las Américas y Europa, reunidos en Buenos Aires, Argentina, enarbolamos los principios de la paz y la autodeterminación, amenazados por el intervencionismo militar, político, económico y cultural de los Estados Unidos y la Unión Europea, promotores del militarismo.

Por medio del uso de la fuerza, la Organización del Tratado Atlántico Norte, principal manifestación internacional de la dominación, tanto históricamente como en la actualidad, amenaza las relaciones pacíficas entre los pueblos y consume recursos esenciales. No tiene lugar alguno en el siglo XXI.

La OTAN abandonó sus propósitos iniciales, para convertirse in una organización de dominio militar global. La Unión Europea es en la actualidad un poder principal autónomo dentro de la OTAN. Responde a los intereses de la globalización militar industrial, entregados a una redituable carrera armamentista permanente (Tratado de Lisboa).

Rechazamos la visión seudocivilizadora del militarismo, porque el uso de la fuerza garantiza el lucro de unos cuantos a expensas de la mayoría, lo cual implica la perpetuación de un sistema destructivo e injusto para todos los seres vivientes. (medio ambiente).

Las Naciones Unidas constituyen el único foro mundial existente para discutir y resolver los más apremiantes desafíos de la actualidad, por medios pacíficos. Hacemos un llamado a su urgente y necesaria restructuración democrática y un más activo desempeño en la promoción de la paz y de la solidaridad, dentro del propio sistema de las Naciones Unidas.

Aspiramos a vivir en comunidades armoniosas y respetuosas, por lo tanto:

Rechazamos el uso de la fuerza bélica en todas sus manifestaciones, como una clara violación al derecho internacional y en especial a los derechos humanos. Por ejemplo, en la Escuela de las Américas, que es una escuela de tortura.

Rechazamos asimismo toda forma de ocupación en el mundo, incluida la ocupación británica de las Malvinas argentinas; y la presencia y el patrullaje de la IV Flota de Estados Unidos en América Latina.

Rechazamos toda colaboración con al OTAN. Más aún, exigimos la disolución de la OTAN y el desmantelamiento de las instalaciones militares y las bases en todo el mundo.

Hacemos un llamado a los estados en América Latina, para que inicien negociaciones rumbo a una Convención sobre Armas Nucleares, de manera consistente con el liderazgo político que posibilitó la creación de la primera región habitada libre de armas nucleares en el mundo (Tratado de Tlatelolco). Hoy en día, buena parte del hemisferio sur es zona libre de armas nucleares, pero sabemos que nadie estará seguro hasta que alcancemos la meta de un mundo libre de armas nucleares. Por tanto, urgimos asimismo a los estados europeos para que participen en estas negociaciones.

Celebramos la acción de muchas y diversas comunidades que empeñan sus esfuerzos en la construcción de sociedades con más justicia y amor. Los pueblos indígenas, con sus conocimientos ancestrales y su relación con la Madre Tierra, así como el valor de las mujeres del mundo, deben guiarnos para promover acciones en cuestiones diversas, que nos conduzcan a un mundo más pacífico. Ahora, más que nunca, debemos coordinar nuestras fuerzas, con la convicción de que sólo alcanzaremos nuestras metas mediante la unidad en la diversidad.


Buenos Aires, diciembre de 2012.